Uno de los dispositivos más importantes de los coches eléctricos es la batería que impulsa el motor y determina la capacidad de recorrido del mismo. Esta posee una vida útil extensa pero limitada y es medido principalmente por ciclos de cargas. Cada uno incluye la descarga de la batería al 100% y la recarga completa de este equipo.
Cabe destacar que las baterías en cada vehículo, disponen de un cierto número de ciclos de carga. Esto depende no sólo de la marca, sino del modelo del vehículo, del sistema de recarga del dispositivo… Ahora te indicaremos otros detalles sobre este proceso, así como otras características de este elemento del coche.
¿Qué son los ciclos de carga en una batería?
Los ciclos de carga en una batería son un proceso en el cual la batería se descarga totalmente y posteriormente se carga en su totalidad. Cabe destacar que no se consideran los casos de descarga parciales de este dispositivo y la recuperación de este fragmento de la energía que puede almacenar.
Para entrar en contexto, te plantearemos un ejemplo, imagina que viajaste y gastastes el 70% de la capacidad de la batería. Si cargas la batería sin gastar el 30% restante, no cumplirás el ciclo de carga, considerando que primero debes de gastar la cantidad de energía sobrante, previo a la recuperación de la autonomía del coche.
Si piensas que no es tan bueno que la batería se descargue al 100% porque puede degradarse la celda, cometes un error. La verdad es que todos los fabricantes recomiendan que por lo menos debe hacerse un ciclo de carga al mes. Esto ayuda a graduar los iones de litio, evitando que se degrade su capacidad.
¿Qué pasa cuando llega a la cantidad de ciclos de cargas asignados?
Si una batería llega al límite señalado por el fabricante de ciclos de cargas, no implica que queda inservible de inmediato. Sin embargo, es probable que dentro de poco veas que la autonomía que permitía disminuya y siga degradando su capacidad de almacenaje de energía.
Esto es debido a que esa cantidad de ciclos de cargas, mencionados por el fabricante, se refieren al límite aproximado que garantizan que el dispositivos mantendrá la capacidad de carga por encima de 80%. Después de esto sus capacidades se irán reduciendo de forma considerable, así que es mejor cambiarla.
Si no cambias la batería, cuando haya llegado al límite de su vida útil, cada vez recargará menos, hasta que pierda totalmente su capacidad de almacenar energía. Es un evento similar a las laptop, cuando se les daña la batería, que puede funcionar con conexión AC, pero se apagan si desconectas el cargador.
Cómo prevenir la degradación prematura de la batería
Existen casos donde el dispositivo empieza a degradarse sin llegar a la cantidad de ciclos de cargas definidos por el fabricante. Esto puede pasar por factores externos que afecten las capacidades de la batería, siendo uno de los más importantes el clima. Estos equipos son bastante susceptibles al calor o frío extremo, dañando sus celdas y afectando su capacidad de almacenaje.
Otro factor que incide son nuestros hábitos de recarga, es decir, cuanto gastamos de su capacidad, antes de recargar la energía del dispositivo. A pesar de que dijimos que el ciclo de carga se completa al gastar el 100% de la batería, cabe mencionar que en los coches eléctricos es imposible porque quedamos varados.
Por ello, los fabricantes recomiendan únicamente recargar cuando quede el 10% de la energía o un monto cercano. Así podrás tener un dispositivo con una larga vida útil, también podrías hacerlo en un monto cercano al 20%, aunque no es tan efectivo como el monto anterior.